Los Ángeles parece un buen lugar para vivir, la gente es muy amable y el clima bastante bueno.
El día 06/08 salimos dirección a Las Vegas, todo va bien aunque el calor es bastante fuerte 38º y subiendo. Vengo observando que la presión de mi neumático trasero, que cuando salí de Los Ángeles indicaba 2'7 anda ahora en 2'5, por lo que paro en un área de servicio y le hago una revisión ocular, tras la que observo que tiene un tornillo clavado. Inteligente de mí. y confiado por el (en teoría) magnífico sistema de reparación de pinchazos que llevo, saco dicho tornillo y me dispongo a reparar el pinchazo. Tras varios intentos no logro repararlo. La gente que llega al lugar se muestra muy interesada y dispuesta a ayudar, por lo que acompaño a una pareja que en su coche, me llevan hasta a tres lugares de reparación de neumáticos, sin éxito. Raymond, que así se llama el señor, se toma el problema como suyo, pero tiene que marcharse a la graduación de su hija, para lo que me costó convencerle, no se fue tranquilo, e incluso me dió su móvil para que sino lo solucionábamos, pasásemos la noche en su casa, ya que el sobre las 20:00 pm estaría de regreso.
Luego otro señor del que no se su nombre y al que desde aquí también le doy las gracias, me llevó a comprar las herramientas necesarias para desmontar la rueda.
Cuando desmonté la rueda, fue un chico esta vez el que me llevó de nuevo a los talleres de vulcanizados, pero esta vez hubo más suerte, el dueño de uno de ellos había estudiado con el y eran amigo, por lo que en cinco minutos y por 7 $, se solucionó el problema del pinchazo que nos tuvo parados por algo más de tres horas.
Eran las 17:00 pm aproximadamente cuando reiniciamos camino, cada vez nos alejábamos más de la costa y no adentrábamos en el desierto de Mojabe, por lo que la temperatura llegó a alcanzar los 42º.
Las Vegas está muy cerca y el sol se está marchando por lo que cuando llegamos a la ciudad esta nos recibe con todo su esplendor lumínico, algo que por mucho que me sea familiar de las muchas películas, no deja de sorprender.
La ciudad es un espectáculo permanente, ya que cada uno de los grandes hoteles y casinos intentan captar la atención del turista con grandes espectáculos gratuitos por donde quiera.
Nos encontramos con Jose "El Canario" en el hotel donde habíamos quedado previamente, su moto sigue sin ir bien y decidimos ir al Gran Cañon Del Colorado en coche de alquiler (Magnífica idea) por 52€ incluida la gasolina, nos dimos el lujo de alquilar un Ford Mustang descapotable con el que fuimos a ver esta maravilla de la naturaleza.
De nuevo en nuestras motos abandonamos Las Vegas para dirigirnos al Sequoia National Park, desde la pequeña y tranquila localidad de Visalia donde habíamos pasado la noche, el parque es increible y los gigantes árboles que tenemos ante nuestros ojos nos dejan maravillados.
Pasamos la noche en Fresno y el motel de carretera que elegimos en esta ocasión, no fue el más acertado, el ambiente era un poco bastante cargado, así que dormimos lo mejor que pudimos una vez que la policía se llevó al más ruidoso de los vecinos y bien temprano nos dirigimos al Yosemite National Park, si las Sequoias nos dejaron impresionados este parque no fue menos impresionante a pesar de la cantidad de gente que en ese día por ser domingo, lo visitaba. Este día nos cuidamos de elegir bien el hotel donde pasar la noche y nos quedamos en la ciudad de Manteca.
La ciudad de San Francisco está a una hora de camino, por lo que con una temperatura de 14º a las 13:00 pm hacemos nuestra entrada triunfal por el largo puente que nos lleva hasta la famosa bahía. Al día siguiente a primera hora y junto a Alessandro, (ese italiano que conocí en Rio Gallegos) cruzamos el famoso Golden Gate, la emoción nos embarga, estamos circulando por un lugar mítico y te sientes especial.
Fuimos a la pequeña localidad de Sausalito, un lugar...en el que no se debe de vivir mal, nosotros continuamos hacia el Pier 39, aquel puerto que Forret Gump convirtió en turístico, Alessandro se niega a hacer "el guiri" y se marcha a casa para preparanos la cena.
Alessandro nos ha preparado una cena espectacular y de postre nos presenta a su amiga Danica (una "loca" de ascendencia serbia, nacida en USA) que es una enamorada del baile flamenco a un alto nivel, con un arte natural importante alimentado por sus vivencias en Cadiz (ahí es ná), tras algunos rones y muchas risas nos despedimos de estos amigos, cantando bajito....
Yo también iba..., soy Elena "la Caleña"
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